¿VOTAR O BOTAR?

Ricardo Calderón de la Barca Hernández


CANDIDATOS Y MEDIOS A BOTAR

Los medios de comunicación, locales, arguyen que es importante asistir a votar el día 4 de julio, porque es un derecho y una obligación que tenemos como ciudadanos.
La invitación a votar es algo que de manera cotidiana hacen: el Instituto Estatal Electoral, el Instituto Federal Electoral, los partidos políticos, sus candidatos, las estructuras corporativas y los militantes.
Si los medios lo hacen, que lo hagan, pero que también cumplan con sus quehaceres: informar,  formar opinión, promover la cultura, educar, presentar verdaderos artículos de fondo -que no insulten a la inteligencia-, que motiven la crítica, la reflexión y el análisis.
Invitan a la gente a votar, pero ellos mismos, como apéndices de los partidos políticos y sin rubor alguno, también dicen por quién. Estos medios no sirven para alentar e incentivar la cultura democrática, con su culto a la personalidad hacen parecer a los mediocres candidatos como semidioses que todo lo pueden y, en la realidad, poseen demasiadas limitaciones como para llevarnos al puerto democrático, ejemplos: algunos apenas balbucean, otros todavía no se aprenden el guión, comparten un concepto autoritario de la política, desconocen el trabajo del puesto que pretenden ocupar, ven y dicen conocer -o andan conociendo, cuando gusten yo los instruyo- los problemas -ni siquiera los conceptúan-, pero no saben cómo resolverlos, sus planteamientos lo indican -ahora todos son obradoristas-, la misma retórica, pero en ellos se escucha falsa.
Las plumas partidistas, de los desinformadores inducen e invitan a la gente a votar por melón -compromiso por Puebla- o por sandía -alianza Puebla avanza-, pero muy poco por plátano, es decir, PT. ¿Por qué? Porque no es el candidato de los medios, llama mi atención el hecho de que su presencia sea mínima y el manejo de su campaña, también, entonces debería cambiar de estrategia y de estratega. Dirán algunos: sí hablamos de él, yo digo sí, pero para exhibirlo, evidenciarlo y denostarlo o para señalar que algo, así de pequeño, hizo. Quizás sea cierto, pero no le creo a esos desinformadores, cobijan más a los mediocres candidatos a diputados que al candidato, también mediocre, de un partido, es decir, no lo cubren, informativamente y, mucho menos, como lo hacen con los otros.
A los señores mercenarios de la desinformación les recuerdo que ya que están preocupados por nuestros derechos, hay más en la sala de espera: derecho a la educación (laica y gratuita), a la salud, a la vivienda, al trabajo, a la IN FOR MA CI ÓN, etc. Así que demasiado trabajo tienen como para andar solamente ocupados  en las olas y loas hacia los candidatos, cuyo objetivo único es ganar el puesto, para así volver a relatar el mismo cuento en edición revisada, corregida y aumentada: de la cleptocracia (gobierno de los rateros) y el ilusionismo.