Ricardo Calderón de la Barca Hernández San Martín Texmelucan, Puebla a 27062011
El actual príncipe (“gobierno”) municipal Carlos Sánchez pretende colgarse como un gran logro de principios de su trienio la obra de Televisa, la construcción de 216 casas, esta empresa a través de ayuda u obras sociales deja de pagar cuantiosas sumas de dinero en impuestos. Regresa un poco de lo mucho que arrebata o se sirve bajo el cobijo del poder.
El discurso del munícipe trata de inducir, seducir y convencer a la población mediante falacias, es decir, mediante mentiras disfrazadas de verdades con una pobre y endeble argumentación.
Al referirse a la Unidad Deportiva Ángeles Blancos, lo hace diciendo que es una guarida de unos cuantos vándalos, que es un lugar inservible y oneroso; de esta manera busca ganar adeptos y apoyo a sus caprichos y tontas decisiones producto de sus arranques domingueros.
Luego, trata de situar el problema –la construcción de las 216 viviendas- en una posición meramente cuantitativa, como un mero ejercicio de números. Sin embargo, la problemática es más profunda y se remite a los ámbitos cualitativo y cuantitativo, es decir, tiene que ver con cantidad y calidad.
Veamos a qué me refiero: en su afán paternalista y autoritario, montado en un capricho de su particular ejercicio del poder, salta, hace maromas y malabares verbales –a los que le hacen eco sus epígonos y cajas de resonancia mediáticas- para asegurarnos que él y su desgobierno nos ofrecen la mejor opción, que es por nuestro bien, por el de los más necesitados y que finalmente, tiene la razón. Pero, no es así y pasaré a demostrarlo:
Él y un puñado de personas, de espaldas a la ciudadanía y en forma antidemocrática -porque no fue ni obedeció a demanda ciudadana alguna la petición de construir casas allí- determinaron motu proprio y por caprichos personales construir 216 casas en el terreno de la Unidad Deportiva Ángeles Blancos.
La Unidad Deportiva es de todos nosotros, los texmeluquenses, por tal razón se nos debió haber considerado y preguntado antes de tomar una decisión de tal envergadura. La Unidad Deportiva Ángeles Blancos por lo tanto es de cerca de 141 112 personas (INEGI, CNP 2010), las casas serán para albergar aproximadamente a 1000 personas; esas 1000 personas son importantes, pero 141 112 son más importantes. Por otra parte, se pueden satisfacer las necesidades de esas mil personas sin atropellar los derechos de 141 112 personas. ¿Cómo? Comprando un terreno en otro lugar dentro del mismo municipio para construir en él esas 216 casas.
La calidad de vida de 1000 personas se pretende incrementar a costa de la disminución de la de 141 112. Será, de seguir en esta necia postura, una medida errónea ya que no se está proyectando a futuro, sino solamente se está teniendo en cuenta la inmediatez.
Otro falso argumento es aquél en el que se dice que solo son unos cuantos vándalos quienes hacen uso de las instalaciones deportivas y para un fin distinto al deportivo. Cuantitativamente, somos más quienes usamos dichas instalaciones sin ser vándalos que cualquier grupo que usa el lugar para no hacer deporte. Aunque la Unidad Deportiva debe tener fines múltiples como: la convivencia familiar, socialización, esparcimiento, etc.
Antes que estigmatizar y criminalizar a los jóvenes, el “gobierno” debe centrarse en sus tareas fundamentales, trabajar en políticas públicas orientadas al mejoramiento del nivel y calidad de vida de los gobernados –cultura, deporte, educación, empleo, salud, etc.- , incentivar la participación y el desarrollo democrático, la cultura cívica, etc. Sin embargo, el mismo “gobierno” es el primero en propiciar y desalentar a la población para el disfrute de sus espacios por su ineptitud y sus políticas ramplonas, basadas en ocurrencias, caprichos, ignorancia y corruptelas.
En su tonto proceder dicen: quitaremos un campo de fútbol, pero construiremos dos canchas de fútbol siete. Si el regidor de deportes no hace una defensa de este espacio deportivo, por su ineptitud, debe renunciar. Ambos se llaman fútbol, pero para un deportista tienen exigencias diferentes, uno y otro no son lo mismo, solo se parecen. Además, dicho campo de fútbol, así de abandonado como se encuentra, es el mejor de cuantos hay en san Martín. Se debe rehabilitar.
Un presidente tonto puede ser reemplazado por otro presidente tonto, como ya es costumbre, pero el que uno y otro lo sean, no quiere decir que haya identidad entre ambos, sino semejanza.
Un campo de fútbol tiene cierto parecido a una cancha de fútbol siete, pero poco, en términos deportivos, tiene que ver uno con la otra. Ni siquiera poniendo dos canchas de fútbol siete se reemplaza a un campo de fútbol, esto indica que además de sus carencias mencionadas, no saben de deporte, por lo tanto, el regidor de deportes nada tiene que hacer en el cargo que ocupa.
Si usamos la misma forma de razonar que ellos, podríamos decir: Si los libros son leídos por muy pocas personas, entonces no debemos fomentar la lectura, ni su edición, las bibliotecas ni el establecimiento de librerías. La ciencia, el arte y la cultura por ser del goce de unos cuantos, ¿Deberán desaparecer, son una carga onerosa para los “gobernantes”?
Es hora ya de que los texmeluquenses dejemos de ser considerados cuasi súbditos, por eso usé el término añejo príncipe para aludir al gobernante. Corrupción de primera, con súbditos o ciudadanos de segunda, servicios de tercera, instalaciones de cuarta y gobernantes de quinta.
Nuestra responsabilidad es defender lo que es nuestro y que por derecho nos pertenece.
San Martín merece más que esto, es una ciudad intermedia con una buena presencia comercial, la más sucia de cuantas conozco y con instalaciones públicas que dan pena.
Como dicho espacio sirve a pocos, entonces modifiquemos su uso, dicen los “gobernantes”. Si así de simple es su pensamiento y solo toman en cuenta unos pobres números, sin tener en cuenta razones, estamos perdidos.
¿Cuántas personas deben ser atropelladas para construir un puente peatonal? ¿Cuántas muertes se requieren para hacer más eficientes los sistemas de seguridad? ¿Si la deserción escolar es alta, se deben cerrar escuelas?
¿Dado que la cantidad de antros va en ascenso y a que atienden en su mayoría a menores de edad, habrá que crear más para sumir a nuestros jóvenes en la estupidez derivada de las adicciones?
Las industrias que ensucian y contaminan en nuestro municipio son muchas, por no decir todas, ¿Por ser la mayoría, deben continuar haciéndolo?
Si aplicamos la máxima del bien común a cada uno de estos ejemplos, veremos que una y otra vez el desgobierno actual va de error en error.
Los “gobernantes” actuales además de ser pocos, caen en la situación de cada vez más ser peores.
Si no sirven al bien común, su principal objetivo, no sirven para gobernar.
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